Resumen: Normalmente lo que uno quiere, lo consigue pero muchas veces, de la manera erronea.
-No quiero que este sueño termine una vez más; no lo soportaría. A veces despierto a media noche y siento que aun estas a mi lado, como si esas veinticuatro horas se hubiesen hecho parte de mí ser. Te pido, por favor, dame tu voz, dame tu aliento, toma mi tiempo porque es para ti.-dijo Miley con lagrimas en los ojos y la voz temblorosa-Sin ti en mi vida estoy perdida. Dame el camino que debo seguir. Dame también, tus sueños, tus anhelos tus pensamientos y tu sentir… dame tu vida para vivir.
Él, que había estado parado todo ese tiempo delante de ella escuchando sus súplicas, tomó sus manos y la besó. Era un beso mágico, único; el ultimo. Al separarse, Justin solo se limitó a acomodarle su cabello detrás de la oreja e inclinarse para susurrarle “Adiós”. Tomó sus maletas y salió por la puerta. Eso era todo ni un “hasta pronto” o “desearía que hubiese sido diferente”, nada, solo “adiós”.
-Ya pronto lo entenderás, Mily. Pronto acabaremos con esto y no tendremos que vernos por un largo tiempo.- meditaba Justin en lo que llegaba a la segunda parada del expreso de oriente. Después de allí, tomaría un taxi y se iría al aeropuerto.
Ya había amanecido y reloj marcaba las ocho con diez de la mañana. Ya debió de haber abordado, se dijo Miley entrando a la cocina con las pocas fuerzas que le quedaban. Había estado llorando y vomitando toda la noche. Lo peor, era que estaba sola, sin sus padres, su hermano, o su compañera de cuarto, sola.
Sobre la mesa de la cocina, encontró un sobre blanco. No le dio mucha importancia, pero aún así decidió abrirlo, podría ser de Justin. Abrió el sobre y saco la carta, mas no leyó su contenido. Esperó a que estuviese listo el café para leerlo. En su espera, prendió el televisor y sintonizó un canal de noticias. Aún no empezaba el noticiero matutino. Un, dos, cinco, diez minutos y café estaba listo. Ocho y veintitrés de la mañana, comienza el noticiero, sin embargo, Miley está muy concentrada leyendo el contenido del sobre. Prueba de Embarazo, decía. Resultado: Positivo. No lo podía creer, ¡estaba embarazada de Justin Maslow! Ahora él tenía una razón para volver con ella. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Eso lo explicaba todo, él quería darle una sorpresa.
Iba de un lado para el otro bailando, caminando, trotando, saltando… ya ni sabía lo que hacía cuando el sobre cayó al suelo y reveló otro papel más. Debe ser de Nick.Quiso creer eso y pues, era así. Una carta de James para ella escrita con su puño y letra, no hecha a computadora como solía mandar las cartas.
Conforme iba leyendo, más se le aguaban los ojos. ¡No podía creerlo! Es más, no podía ser verdad. Justin no puede estar… ¿o sí? No… ¡no, no y no! Esto es increíble ¡no! Miley se negaba a creerlo, pero después el noticiero lo confirmó y ella lloraba desconsolada. A las ocho y cuarto de esa mañana, un avión con rumbo a nueva york, aplastó a un peatón y su maleta en la pista de aterrizaje. El hombre era identificado como Justin Bieber, de treinta y un años de edad, que vagaba por la pista con su maleta aparentemente sin ninguna razón. Estaba completamente sobrio y su estado mental era muy bueno. Nadie se explicaba por qué había muerto tan trágicamente. Su cuerpo quedó todo pisoteado y desgarrado mientras que su maleta, por otra parte, estaba intacta. Dentro, contenía dos pancartas. Una decía: “Discúlpame, cariño” y la otra: “te amo y espero seas feliz con nuestro hijo”.
Las palabras retumbaban en la cabeza de Miley Muerto, Muerto, Muerto… aun no podía asimilarlo. La carta, la prueba de embarazo, las pancartas…. Nada, absolutamente nada le entraba en la cabeza, en especial la brutal y devastadora prueba de que todo era real: La Carta.
Querida Mily:
Te escribo para despedirme de ti. Te amo con todo mí ser y odio tener que hacer esto pero créeme, es por nuestro bien y el de nuestro bebe. Espero ya hayas visto la prueba. Me tomé la molestia de hacerla yo mismo en el laboratorio. Si tienes dudas acerca de eso, llama a Nick, el te dirá. Quiero tomarme la libertad de escoger el nombre si llega a ser niña: Destiny. Me parece muy lindo el nombre y espero que se parezca a su madre, lástima que no podré conocerla. Mi vida aquí está terminada,
miley Si me voy del país, estoy seguro que en un mes volveré a buscarte y las cosas no pueden ser así. Espero hayas visto mis mensajes en las noticias, estoy seguro de que aparecí en ellas. No te preocupes, ahora estoy en un lugar mejor, donde verdaderamente puedo cuidar de ti y nuestra pequeña creación que viene en camino. En mi despacho, archivados en el cajón derecho de mi escritorio, encontrarás mi testamento y varias cartas que quiero que les des a nuestro pequeño/a cada navidad y cada cumpleaños. Lo he dejado todo preparado, no debes preocuparte por nada ni nadie mas que de ti y nuestro hijo. Les deseo lo mejor a ambos y los amaré por siempre. Espero me recuerdes siempre.
Con amor,
Justin Bieber M.
P.D: tus deseos son mis órdenes. Te he dado mi voz, te he dado mi aliento, he tomado tu tiempo porque dijiste que era para mi; te he dado el camino que debes seguir. Te doy mi vida, mis anhelos, mis pensamientos, mi sentir… Ahora, toma mi vida para vivir.
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